Soy Concha Grau, vine al Centre Quiropràctic LLevant por dolor intenso en la cadera, me impedía andar, agacharme, etc. El primer día el Dr. Romain Riberou me hizo un reconocimiento quiropráctico, mi espalda era un “poema”, tras estudiar las pruebas me dijo que sí que me podía ayudar. Me dolían muchísimo el sacro y la espalda, las cajas de cortisona no me aliviaban, el dolor no me dejaba dormir...

Su marido, José Enrique Poveda,nos interrumpe para decir que ES EL MEJOR DINERO GASTADO. Es una inversión. Concha ha cambiado, se nota mucho en el carácter. Antes estaba enfadada, cosa que era normal porque todo el día con dolor es muy duro. Sólo le daban antinflamatorios y más medicamentos y seguía igual o peor. Con los ajustes quiroprácticos ahora está muy bien.

Concha asiente con la cabeza a lo que nos comenta su marido y nos sigue contando que en fallasha podido disfrutar de la “mascletà” y en buen lugar porque llegaba con media hora de antelación porque ahora estoy de pie y no me quejo de dolor, el cambio es asombroso, antes no podía estar de “plantón”.

Hoy, después del ajuste, me han hecho la revisión y “ALELUYA!”, he mejorado mucho, “yo me encuentro sin dolor, con más energía y relajada, estoy muy contenta con los resultados. Me explicaron que era un proceso y así ha sido”.

“Me han cambiado la frecuencia, ahora vendré una vez al mes. Pero he aprendido a escucharme y si me noto algo, enseguida llamo y cambio la cita. Más vale prevenir que curar”.