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Testimonio de Héctor Cebrián Mora, 28 años. Vine al Centre Quiropràctic Llevant en octubre de 2012.
Tenía a mis espaldas ya 4 largos meses donde un fuerte dolor me recorría la pierna izquierda, notaba como si me mordieran el gemelo y el dolor era desagradable, no me podía atar los zapatos y tampoco podía estar sentado, sólo aguantaba de pie o tumbado pero con algo de dolor. Al final cogí la baja laboral porque era imposible trabajar.
Después de hacerme una resonancia los médicos me dijeron que tenía una hernia de disco L4 L5 y que era “muy grande” (esto es lo que los médicos suelen decir cuando ven mi resonancia).
Con la esperanza de mejorar y evitar una posible operación comenzaron los ajustes, al principio muy frecuentes, pero notaba como poco a poco el dolor iba desapareciendo. Después de un par de meses, empecé a sentir que todo podría volver a ser normal o como antes, cada día, semana, cada ajuste, me hacía sentir mejor y mejor. También comencé a practicar yoga y natación con mucha energía y flexibilidad.
Después de 5 meses ya puedo hacer lo que hacía antes, incluso me siento mejor y todo después de conocer la quiropráctica, así que, lo único que puedo decir es “muchas gracias”.
El punto de vista de Romain Riberou, (su doctor en quiropráctica.)
Cuando vi por primera vez a Héctor, me dijo que la quiropráctica era su último recurso antes de la operación, ya lo había probado todo.
No sabía que mejoría podíamos esperar, sobre todo cuando me enseño la resonancia de su columna lumbar. Tenía a esta época una hernia discal muy impresionante.
Lo que si sabía es que tenía subluxaciones (bloqueos) de las vértebras lumbares y de la pelvis, lo que le provocaba sufrimiento y presión sobre los discos y en este caso extremo una hernia discal muy voluminosa y pinzamiento del nervio ciático.
El ajuste quiropráctico específico corrige el bloqueo vertebral y quita la presión sobre el nervio pinzado responsable del dolor de la hernia discal.
Ni él, ni yo teníamos dudas de que no iba a funcionar, Héctor tenía mucha confianza en su recuperación.
La mejoría ha ido mucho más allá de lo que podíamos esperar, y ha podido volver a trabajar y tocar la guitarra como antes (que era muy importante para él).
Desde entonces sigue el cuidado quiropráctico de forma regular, no porque le duele, sino para mantener el estado de salud y calidad de vida que ha alcanzado.
Romain RIBEROU D.C.
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