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¿Cuántas veces hemos escuchado que tomar el sol es perjudicial para nuestra salud? Muchas. Pero ciertamente, siempre que lo hagamos con una actitud moderada, tomar el sol nos puede beneficiar muchísimo.
Estudios médicos han demostrado los beneficios que tiene la vitamina D sobre nuestro organismo. Muchos de nosotros carecemos de esta vitamina por lo que tomar el sol y poder sintetizarla con nuestra piel directamente de la naturaleza es beneficioso para nuestra salud.
Así pues, si los niveles de vitamina D que mantenemos son correctos podemos disminuir el riesgo múltiples enfermedades como la esclerosis múltiple, el cáncer o la obesidad. Además, mejora la depresión, la dermatitis, las alergias o las infecciones respiratorias y, también, la hiperactividad en niños. Asimismo, protege de la enfermedad de Crohn, de enfermedades inflamatorias del intestino y de Alzheimer.
La vitamina D, en suma, estimula en el cuerpo la absorción de calcio y magnesio, minerales esenciales para la salud, y en concreto, esenciales para nuestros huesos.
¿Cómo podemos tomar vitamina D?
La vitamina D, como ya hemos comentado con anterioridad, se sintetiza en poco tiempo. Concretamente, en las horas más calurosas del día sin la utilización de protección solar. Para no correr riesgos, las exposiciones deben ser de periodos cortos de tiempo. Si vamos a exponernos más de 15 minutos al sol, debemos protegernos.
La vitamina D puede tomarse también en suplementos y podemos encontrar ciertas cantidades pequeñas en algunos alimentos, pero la opción más simple y económica la encontramos al tomar el sol. Por lo tanto, como decíamos anteriormente, para colmar nuestras reservas de vitamina D, debemos exponer la superficie de la piel entre las 11 de la mañana y las 16 de la tarde, de 10 a 15 minutos al día variando el tiempo de exposición y dependiendo del tipo de piel. Esta toma debe hacerse sin protección solar, evidentemente, sin llegar a sufrir quemaduras solares.
Por el contrario, si tu piel no aguanta tanto, sería suficiente exponer manos y cara 30 minutos al día, dos veces por semana. Si tu piel es morena, quizá un poco más de tiempo. El cáncer de piel está relacionado con las exposiciones largas y repetidas de nuestra piel al sol. Directamente, se relaciona con la incidencia que los rayos UVA y UVB provocan en nuestra piel antes de las 11 de la mañana y después de las 16 de la tarde. Dicho esto, si sabes que estarás mucho tiempo expuesto al sol, tienes que ponerte protector solar o cubrir tu piel, por ejemplo bajo una sombrilla en determinados periodos de tiempo.
¿Cómo ponernos en la playa o en la piscina a tomar el sol?
Si no prestamos la atención necesaria, tomar el sol en la playa o en la piscina puede provocarnos dolor de espalda. Ocurre algo similar con la posición que adoptamos al estar tumbados en el sofá viendo la televisión: nos levantamos con la espalda enganchada debido a una mala postura en las vértebras.
Aquí, te damos unos consejos útiles para adoptar una posición adecuada en el momento de tomar el sol:
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