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¿Qué tendrá que ver la forma de pensar con mi dolor de espalda?
Pues esa es precisamente la pregunta que yo me hice hace casi un año y medio cuando os conocí.
Vaya por delante que me considero una persona optimista, activa, pero también escéptica (vamos, que si “no lo veo, no lo creo”).
Me llamo Sergio, tengo 47 años, y pese a que soy deportista (he corrido varios maratones), llevaba unos ocho años arrastrando una lesión de espalda: la famosa protusión L5-S1.
“Acabarás operándote de hernia discal”, “lo mejor es que dejes de correr”, “tienes que hacerte la idea de que la ciática convivirá contigo”, era algo que todo el mundo me decía.
Verdaderamente acabé creyendo todo esto…
Tras los ajustes quiroprácticos en dos meses, yo, “Sergio el escéptico” (o tal vez debería decir “el resignado”) puedo deciros que ya no tengo dolor, ya no tomo medicación, ya no pienso en “mi lesión”.
Pero lo mejor no es la “mejoría física” (que es evidente); lo mejor es que gracias a vuestros cuidados y recomendaciones he aprendido a pensar de forma diferente respecto a la salud o bienestar en general.
Gracias amigos.
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